Hoy tenemos el placer de traeros una entrevista que nos ha concedido Sensei Lewis Bernaldo de Quirós. Muchos hemos tenido ya la oportunidad de conocerle en persona pero en un seminario es difícil hacer todas las preguntas que nos inquietan, motivo por el que nos hace mucha ilusión saber un poco más de él en esta entrevista.

Aikidojo Zaragoza: Sabemos que estás muy ocupado con tus seminarios y la preparación de los mismos, por eso agradecerte en primer lugar el tiempo que nos concedes. ¿Te importaría contarnos un poco sobre tus pasos en las artes marciales?

Lewis: Desde que era niño he tenido mucho interés en las artes marciales y la cultura japonesa. Empecé con Judo cuando tenía 13 años y luego continué a entrenar Karate (Shotokan) con Keinosuke Enoeda Sensei en Londres hasta los 17 años. Con 23 años empecé Aikido y también Kyudo.

Aikidojo Zaragoza: ¿Por qué Aikido? ¿Cómo se ha convertido este arte marcial en tu estilo predilecto?

Lewis: Mi primer contacto con Saito Morihiro Sensei y con Aikido fue cuando vi una demostración de jiyu waza con Hiroki Nemoto Sensei, un estudiante avanzado suyo, como uke. Los ataques eran claramente fuertes y enfocados pero Sensei se movía de una manera que nunca había visto hasta entonces. Nemoto Sensei atacaba pero al “entrar” en el área de impacto de Sensei él ya se había movido de una manera que el ataque quedó a la vez neutralizado y el atacante claramente bajo el control de Saito. Yo en esos tiempos estaba un poco “obsesionado” con el tema de ma-ai (distancia-tiempo) en Karate y vi inmediatamente que Sensei tenía un dominio total sobre este área. Y los ukemi de Nemoto Sensei eran una combinación de pesado y ligero a la vez. Nunca había visto algo parecido. Cuando vi esta demostración entendí visceralmente algo acerca de lo que era Aikido y supe que esto era el siguiente paso en mi vida.

Aikidojo Zaragoza: ¿Cómo tomaste contacto con Morihiro Saito Sensei?

Lewis: Cuando vi a Sensei por primera vez, me quedaba todavía un año de estudio de Psicología en la Universidad de Londres, así que lo primero que hice fue visitar todos los dojos de Aikido que pude. Después de mis experiencias en Karate y Judo no pude encontrar algo comparable en términos de calidad en esos tiempos pero encontré un dojo cerca de donde estudiaba. Este dojo estaba originalmente en la línea de Chiba Kazuo Sensei pero en aquellos momentos había iniciado una transición hacia el Aikido de Saito Sensei. Entrené ahí un año antes de ir a Japón al final de mis estudios. Fui directamente a Iwama sin ninguna introducción formal y me presenté como estudiante. Sensei estaba tomando una siesta y los uchi deshi que estaban ahí me dijeron que sin introducción no era posible ser aceptado. Insistí en intentar hablar con él con la ayuda y la traducción de los uchi deshi que estaban presentes. Mi primer contacto personal con Sensei fue cuando estaba recién despertado y en pijama a la entrada de su casa en el jardín. Después de un intercambio corto e incomprensible para mí, Sensei me acepto como estudiante.

Aikidojo Zaragoza: ¿Qué te fascinó en Iwama?

Lewis: Sensei me fascinaba con el Aikido que demostraba cada día. La intensidad de los entrenamientos y la posibilidad de entrenar con sempais que a su vez habían entrenado con el Fundador de Aikido Morihei Ueshiba era claramente una oportunidad única por la que sigo sintiéndome muy agradecido.

Aikidojo Zaragoza: ¿En qué se diferencia el estilo Iwama de otros estilos?

Lewis: Sólo puedo comentar desde de mi limitada experiencia con otros estilos y maestros, pero según mi entendimiento Saito Sensei puso énfasis sobre tres áreas fundamentales que destacan este estilo de Aikido.

  1. Niveles de práctica y de técnica. Sensei recalcaba mucho la práctica básica y la diferenciaba claramente de otros niveles intermedios, avanzados o de aplicación (oyo waza). Para él los secretos del Aikido estaban codificados dentro de las técnicas básicas del arte: el tai sabaki, cómo utilizar las caderas y el centro, cómo mover y desplazar los pies, la relación con el suelo y la gravedad, la generación de fuerza (kokyu), distancias, ángulos y tiempo (ma-ai), ki musubi (conexión), awase y mucho más. Todo estaba dentro de las técnicas más básicas, especialmente la espada (bokken). Con el entrenamiento de las técnicas básicas no sólo estamos aprendiendo técnica (waza), algo más importante, estamos entrenando y organizando el cuerpo, la mente y nuestra energía dentro de los parámetros de los principios que definen el Aikido. De esta manera podemos ver que las técnicas kihon forman los cimientos del edificio que es el Aikido. Si estos cimientos son débiles, los niveles más avanzados o las aplicaciones de combate no tienen base para ser ni efectivos ni tener significado en su práctica.
  2. Riai, la relación entre los principios del uso de armas y de las técnicas de mano vacía. En este estilo de Aikido esto es fundamental y en Iwama dedicábamos igual tiempo a cada uno: por la mañana una clase de bukiwaza y por la noche una de taijutsu.
  3. Aikido como Budo. Esto es más complejo de definir. Para Saito Sensei Aikido tenía que ser efectivo, pero Budo es también una manera de percibir. Él nos decía que si entendías Budo podrías entender los puntos fuertes y débiles de cualquier estilo de Aikido u otro arte marcial. Para mi la paradoja del Budo está en entrenar toda la vida para un enfrentamiento que probablemente nunca ocurrirá. Habiendo dicho eso, me voy a contradecir ya que he utilizado Aikido en situaciones innumerables: en conflictos verbales, emocionales y también físicos, pero Aikido me ha enseñado que no hay que derrotar al otro para encontrar una resolución y que en la vida ganar y perder son solo polos opuestos de la misma dinámica. Cuando personas me preguntan si Aikido es efectivo mi respuesta es: ¡absolutamente!

Aikidojo Zaragoza: ¿Cómo definirías tu propio cometido en la enseñanza de Aikido?

Lewis: Yo nunca tuve la idea o la ambición de ser instructor de Aikido o cualquier otra cosa, pero cuando volví a Europa después de mi estancia en Japón, no pude encontrar un dojo cerca que siguiera la misma línea, así que me vi obligado a crear mi propio grupo para poder seguir entrenando. También había hecho muchos amigos del mundo de Aikido en Iwama y en cuanto volví a Europa, recibí invitaciones para dar cursos. Los primeros dos años tuve que hacer una transición entre la manera de cómo recibí instrucción en Iwama y la manera de enseñar en occidente pero llegó un momento en que me di cuenta que enseñando Aikido es la mejor manera de aprenderlo. Los estudiantes te confrontan no sólo con cuestiones didácticas y cómo comunicar de la manera más eficaz los puntos esenciales de lo que quieres transmitir. También te confrontan con tus puntos débiles: aquello que a lo mejor piensas que dominas hasta que tienes que demostrarlo o defenderlo bajo estrés. Entonces la respuesta sencilla a la pregunta es que mi cometido con la enseñanza de Aikido es al aprendizaje del Aikido. Y por supuesto la alegría que siento viendo a personas transformarse con este arte.

Aikidojo Zaragoza: Hablemos de didáctica. En Iwama se da especial importancia a la práctica de armas, especialmente con el Jo y el Ken. ¿Por qué es tan importante? ¿Qué aporta?

Lewis: ¿Qué aporta el entrenamiento de armas? ¡Mucho! Algunas cosas que se me ocurren: para empezar en Aikido en la mayoría de los dojos nos lanzamos directamente a la práctica con otro con taijutsu. Pero estudiar y profundizar en los principios de estar asentado, equilibrado, centrado y conectado es muy difícil cuando alguien te agarra con fuerza o te atacan siendo principiante. En los kata y suburi podemos tomar el tiempo para estudiar estos aspectos de una manera muy enfocada antes de intentar probarlos con otro bajo estrés. El entrenamiento diario que hacemos sólo con los kata de armas es crucial en este aspecto. Se puede decir que el centro de las técnicas es la conexión y el awase con el otro. Con armas todo está más “amplificado” así que las distancias, los ángulos y los tiempos (ma-ai) son más claros. Se ha dicho que en esencia todas las diferentes artes marciales son solo diferentes variaciones de este área (ma-ai). Con armas podemos acceder a esto más fácilmente. Relacionado con el tema de ma-ai está el aspecto de precisión y control. En Aikido no llevamos protección como en Kendo así que hay que ser sumamente atento en la práctica con armas. A lo mejor podemos escaparnos en taijutsu con forzar un nikkyo o ser poco preciso en su aplicación pero con un yokomen uchi con bokken no podemos perder el control por un instante – o lesionamos al otro. Esta calidad de precisión y control se transmite fuertemente a nuestra práctica de taijutsu.

Otro aspecto importante y relacionado con lo anterior es la intensidad. Con los kumitachi y kumijo cuando tenemos el nivel adecuado podemos practicar con una velocidad e intensidad que es difícil de conseguir en taijutsu. Con taijutsu esto es mucho más difícil y depende mucho de la capacidad de nuestros ukes. Aun así yo no puedo practicar shiho nage por ejemplo a la velocidad máxima que puedo. Es demasiado peligroso. El punto aquí no es sólo la velocidad en sí, poder experimentar con niveles altos de energía y poder contenerlos.

Otro punto importante que nos enseña la práctica con armas es humildad – ¡y respetar a nuestros oponentes! A lo mejor el hombre grande que no siente ningún peligro entrenando con otro más pequeño o menos fuerte en taijutsu puede con armas sentirse muy desaventajado cuando el otro es ahora más rápido y más intenso en su ataque con un arma. Como budoka no es solo una cuestión de cortesía: nunca hay que desvalorar o juzgar al otro. Esto es la creación de un suki (abertura).

Una corta historia personal acerca de esta pregunta. Sensei siempre comentaba que bukiwaza y taijutsu están relacionados y que lo esencial del trabajo del cuerpo, del tai sabaki y del awase está en las armas. Lo entendía pero no lo sentía. Al tercer año en Iwama me lesione la rodilla izquierda y sólo podía practicar armas por la mañana. Por la noche atendía en clase pero solo observaba. Después de once meses (y una operación) me había recuperado suficientemente para poder incorporarme otra vez a taijutsu y recuerdo claramente la trepidación con que entre al dojo esa primera noche: ¡tenía miedo de haberme olvidado todo! ¡pero con tai no henko y morote dori kokyu ho inmediatamente sentí que mi Aikido había dado un salto para adelante! y en ese momento entendí físicamente lo que Sensei nos explicaba acerca de Riai. Sentí claramente el bokken en mis técnicas de taijutsu por primera vez.

Aikidojo Zaragoza: Muchos conocíamos ya tus vídeos didácticos en youtube donde enseñas técnicas en diferentes niveles, en Kihon y Kinonagare, con repeticiones desde diferentes ángulos, y también a cámara lenta. Para los practicantes son una gran ayuda. ¿Piensas en compilarlos alguna vez en un DVD?

Lewis: Si, desde años que estoy pensando en hacer algo más serio y profesional en este área pero no consigo hasta ahora apartar el tiempo necesario para ello. A lo mejor en el futuro…

Aikidojo Zaragoza: Practicantes de otros estilos describen a veces Iwama como más estático. ¿Por qué se percibe nuestro estilo así?

Lewis: Sensei era un maestro ejemplar en que su didáctica era muy clara y lógica. Para él la secuencia era primero aprender a estar de pie, luego caminar y finalmente poder correr. Cuando la mayoría de las personas empiezan Aikido su relación con el suelo, con el centro y la organización del cuerpo está bastante fuera de equilibrio. En las técnicas básicas de kihon hay tiempo y espacio para poder estudiar estos puntos esenciales y reorganizar la dinámica del cuerpo, del movimiento y la relación con el oponente conforme a los principios de Aikido. Esto no es sólo un entrenamiento (keiko), sino también un estudio (benkyo) y hay que dedicarle tiempo. Tenemos que ser uno en nosotros mismos antes de intentar ser uno con el otro.

Para Sensei este nivel básico (kihon waza) era como una reprogramación y era esencial antes de empezar con entrenamiento más dinámico (ki no nagare). En Iwama el énfasis en ki no nagare empezaba tradicionalmente a partir de sandan.

Pero respondiendo a la respuesta. Cuando Sensei daba cursos en el extranjero desde su punto de vista a casi todo el mundo este nivel básico faltaba así que ahí es donde ponía el enfoque: mucho suburi, mucha técnica básica lenta con atención y sin poner ni fuerza ni velocidad y con muchos detalles técnicos. Todo para trabajar ese área de no sólo el qué de las técnicas sino más importante el cómo. Así que muchas personas que sólo tienen experiencia con Sensei a través de cursos y seminarios en el extranjero tienen una impresión incompleta de su Aikido en mi opinión.

Aikidojo Zaragoza: Has vivido en varios países y gracias a tus viajes y seminarios en varios países europeos se está creando una amplia red de dojos conectados bajo el nombre Traditional Aikido Europe. Esto significa que un danés y una belga se entienden perfectamente porque la forma de Iwama se aplica de la misma manera en todos sitios. Aún así, ¿ves diferencias en las formas de trabajar entre practicantes de diferentes países?

Lewis: Si. Es curioso ver cómo distintas culturas con distintas maneras de ver las cosas naturalmente se acercan a esta práctica de manera característica. En los distintos países donde tengo experiencia esto es absolutamente el caso. Todos seguimos la misma línea, pero los cursos que doy pueden ser muy distintos dependiendo no sólo del nivel del grupo sino también del temperamento y mentalidad. Como instructor el “awase” aquí está en “escuchar y seguir” al grupo y que me digan ellos como vamos a hacer la clase.

Aikidojo Zaragoza: Sobre la tradición. Por definición, este concepto describe la transmisión de bienes culturales entre generaciones. ¿Deja la tradición suficiente espacio para el desarrollo individual de las personas?

Lewis: Buena pregunta. Una tradición que no deja espacio para el desarrollo y la expresión individual es una tradición sin futuro. Para Sensei la transmisión que estaba haciendo a través de sus enseñanzas de Aikido era una tradición viva, una tradición que había recibido de O Sensei en sus más de 23 años de ser deshi suyo.

Yo creo que nos acercamos a lo que es Aikido a través de técnicas pero Aikido “en sí” no se limita a ser definido por técnicas ni creo que puede ser accedido simplemente copiando técnicas. Lo que define el Aikido que yo practico no es solo el currículo de formas sino más importante es lo que sentí innumerables veces como uke para Sensei. Para mi ese aspecto interno -el cómo hacía Saito las técnicas- es lo que da vida a las formas externas.

Si en nuestra práctica hay una orientación equilibrada entre las técnicas (lo externo) y los principios (lo interno) entonces Aikido sí puede ser una vía de desarrollo personal en que Aikido finalmente es tuyo y no una copia del maestro del que aprendiste. Un Sensei en Aikido es solo un guía hacia tu propio Aikido, no el suyo. Una cosa que me sorprendió en Iwama desde el principio fue notar como todos los sempais (godan y arriba) expresaban su propio Aikido, aunque claramente estudiantes de Sensei. No eran copias.

Así que, en mi opinión una tradición para seguir siendo relevante necesita la claridad del entrenamiento básico como una gramática del sistema pero la abertura a las posibilidades ilimitadas del arte. El entrenamiento diario que hacemos en el dojo tiene su significado y aplicación en el dojo más complejo de la vida cotidiana – y aquí es donde Aikido como una tradición viva tiene mucho significado desde el punto de vista del desarrollo personal.

Aikidojo Zaragoza: Para el final una pregunta personal. ¿Cómo era Morihiro Saito Sensei? ¿Cómo lo describirías?

Lewis: ¡¡Uuuuuff!! Para mí Sensei tenía tantas facetas que me es difícil responder a esta pregunta en corto. Lo único que se me ocurre en este momento es que mi dedicación a Sensei como estudiante era total y que el agradecimiento que siento a él por lo que me enseñó es inexpresable.

Aikidojo Zaragoza: ¡Sensei Lewis, muchas gracias por la entrevista!

Lewis: Y muchas gracias a vosotros.